miércoles, 9 de marzo de 2016

Olor a muerte y miradas perdidas

A veces los días nos llevan a lugares que huelen a muerte, a muerte cercana, a muerte dolorosa y a muerte llena de vidas sin acabar. En esos mismo lugares hay también miradas de amor empañadas de pérdidas. Ojos que lloran duelos anticipados. Ojos que mueren por el dolor que está y el que está por venir. Centremos las miradas en los otros ojos, los que desean que esos duelos y esas lágrimas contenidas acompañen a esperanzas y anhelos de que haya diagnósticos cargados de anticipación y de ganas de vivir. Huele a muerte, pero claro la muerte siempre está donde antes ha habido vida y donde hay vida todavía.

lunes, 2 de febrero de 2015

De muerte y la vida

Estos días la muerte nos ha taladrado el corazón. El dolor por la marcha de Juan ha herido de por vida a mujeres y hombres que quiero como a mi sangre. Esta despedida tan desgarradora y profundamente injusta ocurre mientras la vida sigue. La vida continua fluyendo, con todos sus avíos: las alegrías y las tristezas, los retos y las desilusiones. El frío febrero nos sigue ofreciendo un amanecer cada día seguido de un anochecer para acabar la jornada, y así sin tregua. La ausencia de Juan no impedirá que Darío siga creciendo cada día, esa es también la vida. Mientras tanto sus recuerdos nos seguirán acompañando: La guitarra sonando en el cuarto de la calle Libia que compartía con Kike. Michael Jackson sonando a todo trapo mientras bromeaba imitando sus bailes irrepetibles. La tarta de galletas y chocolate en el piso cordobés de Rosa. La narración de las andanzas de Rosa para lograr entradas para disfrutar con él en el regreso de Bumbury a los escenarios. Los ojos chispeantes del día de su boda. La cara de plenitud mientras mostraba a su precioso bebé recién nacido mientras nos servía un Ron con Coca Cola en su casa de Jerez. Su inagotable vitalidad mientras nos llevaba a Candela y a mi a la Estación del Tren del Puerto de Santa María tras pasar unos días inolvidables en su mar de Cádiz, que serían los últimos con él. En aquellos días quedó pendiente la Alpujarra, y más risas, y más charlas....quedó pendiente vivir más.

martes, 26 de febrero de 2013

Saltar a la red...sin red

Has pensado alguna vez que saltar a internet es rentable para tu empresa...¿te da miedo? Ahora puedes saltar a la red...sin red

martes, 6 de noviembre de 2012

Menos Miedo

María García Zambrano presentó ayer en el Ateneo de Madrid su libro “Menos Miedo”. Un libro que ha sido Premio Carmen Conde de Poesía 2012, un prestigioso premio nacional para la poesía hecha por mujeres. Estoy tan emocionada por eso como lamento no haber podido estar allí. Este libro me ha hecho palpitar el corazón y la memoria. Me devuelve a los años en los que yo aprendía a leer los versos de esta mujer que ve materializarse uno de sus sueños, mientras otro de ellos crece en su interior. El título del libro me sugiere y me evoca. Eran los primeros 90. Nuestras mentes y nuestras almas andaban deseosas de encontrar su sitio y nosotras, inquietas, no les dábamos mucha tregua para que lo hallaran, teníamos muchas inquietudes y poco tiempo, apenas 5 años. La ciudad bullía y nosotras tratábamos de acompañarla en todo lo que daba lugar. Pero miedo sí teníamos. Yo creo que todas los teníamos, yo desde luego sí lo tenía. Y ahora visto nada menos que a 20 años vista me uno a recitar el título del libro de María, Menos miedo. Cuando me lo enviaron desde la Editorial Torremozas, desde Madrid a Granada, cuando llegó a mis manos con tu tapa rosa intenso y el nombre de María impreso en la tapa no pude evitarlo, lloré. Fueron lágrimas de alegría, de añoranza, de satisfacción, de gratitud a la vida por permitirme tener en mis manos este hermoso libro. Duro y desgarrado, dulce y triste, esperanzado e intenso, tan gráfico en las imágenes que propone cada verso. Me ha sobrecogido este verso que cierra el poema Partida de Nacimiento: Una vez fui sola al cementerio a regar las flores de mi tumba Me ha emocionado este otro que recoge en esencia tanto amor y su tan necesaria entrega: Elijo ser la nómada de la llanura extensa de tu cuerpo, entrego mi equipaje a quien dará cobijo a mi lengua. Lanzada a la fortuna, aguardo en tu contorno. Una palabra tuya bastará para sanarme Todo el libro me evoca a María, claro, como no podía ser de otra manera, pero este poema de las primeras páginas con el título del libro, Menos miedo, me dice tanto que me desgarra: Me ha crecido una hermana de los ojos y ahora puedo mirar el horizonte. - ¿El invierno es infinito?- me pregunta. Mientras, damos de comer a dos palomas que golpean con su pico los cristales. Me duelen los dientes de masticar la tinta. Me ha crecido una hermana en los ojos y ha amanecido. La noche duraba más de un sueño, y a veces dolía en la boca y en los párpados. - ¿Podré quedarme contigo? Me ha crecido una hermana de los ojos y ya no veo la muerte. Gracias María por volver, a mi vida, y recordarme que después de 20 años vividos, tenemos Menos miedo, al menos eso sí lo tenemos. Gracias.

martes, 9 de octubre de 2012

mamá

Vuelvo a este blog, el más personal (sí, tengo otro profesional, para los que tengáis interés, aquí ) para compartir un momento que ha sido muy especial para mí. Mi hija lee la palabra mamá. No lo pude evitar, me emocioné, por todo lo que es, lo que significa y lo que trae consigo. Ya lo sé, es una de las primeras palabras que se aprenden a leer pero os aseguro que ha sido un gran momento...de los muchos grandes momentos que Candela y yo hemos compartido y podremos compartir. Ya sé que resulta cursi...pero así ha sido. Para mi que mi hija a sus 4 años esté descubriendo lo que es aprender a leer, resulta fascinante. Que yo esté participando en ese proceso, es para mi un privilegio. Que lea en general todas las palabras es un ejercicio curioso, pasiona descubrir dónde encuentra un limpia mente de 4 años las dificultades. Yo que he sido una lectora voraz, ahora menos. Para mi que soy una juntadora de palabras vocacional. Para mí que ser madre es una apasionante y agotadora aventura diaria. Para mi que ser madre de Candela es un privilegio que la vida me ha traído...este momento reune en sí muchas de las grandes cosas que quiero enseñar a mi hija, del legado que le quiero dejar, de la herencia vital que quiero que recuerde de mí cuando yo ya no esté. Quiero que lea. Que lea mucho, todo lo que caiga en sus manos. Para saber. Para ser opinadora. Para tener criterio. Para respirar momentos de libertad. Para soñar con lo que otros han soñado antes. Para aprender a reflexionar. Para saber pensar antes de hablar. Para hablar. Reconozco que escucharla leer `mamá´ automáticamente, para enseguida saltar como un resorte y sonreirme mientras comprende lo que acaba de leer...ha sido todo un momento vital incomparable. Aquí queda. Para ella, para mi, y ahora para todos los que leáis esto. No son sólo palabras leídas

jueves, 3 de mayo de 2012

Soy periodista

Hoy es el Día Mundial de la Libertad de Expresión. Para conmemorarlo voy a traer una extraordinaria noticia que vino a mis ojos hace unos días desde el muro de facebook de Rafael Troyano. Me emocionó. La foto que acompaña este post, tomada por Rafael Troyano en Benamaurel, en la Fiestas de Moros y Cristianos de este año. Esa muchacha que él retrata, Mª Ángeles, supuso para mi uno de los capítulos más emocionantes de mi vida profesional. Y ahora constato que valió la pena. Allá por 1998, trabajaba yo en la emisora de la Cadena Ser de Baza. Salta la noticia de que en Benamaurel, un municipio a 15 Km de Baza, de unos 2.500 habitantes, se inicia una importante movilización social de apoyo a una pareja que tiene en acogida temporal a una niña, la que ellos consideran “su hija”. Por aquel entonces tenía 12 años, Mª Ángeles. Se habían agotado los plazos de estancia con esta familia y el sistema de acogida de menores pretendía trasladar a Mª Ángeles, sacarla del entorno que durante unos dos años le había proporcionado una pareja de este pueblo. El amor, la protección y el cariño de ellos, de sus vecinos y de una escuela implicada al máximo en el bienestar de esa niña hacían a Mª Ángeles desear seguir allí. Lo pedía a gritos pero el sistema de protección en el que ella estaba inmersa, no la escuchaba. El asunto llegó a tanto que el pueblo a una pidió que se escucharan los deseos de esa niña. Esa era la reclamación de todas las personas involucradas en la movilización. Y ahí se hizo altavoz nuestro trabajo, el de todos los periodistas que por unos u otros motivos tuvimos acceso a esa información, incluida yo misma, y Rafa Troyano, en su caso como periodista de este pueblo, de Benamaurel, trabajando en la Cadena Ser de Granada. Entre todos construimos una gran plataforma que diera voz a los sin voz. Que ayudara a escuchar alto y claro a Mª Ángeles. Sin oír su voz. Porque otro de los elementos que convierten este asunto en un capítulo ejemplar de la cotidiana historia que forja el periodismo es que sus padres, su entorno, no permitieron en ningún momento ver u oír a Mª Ángeles. Se la protegió de las cámaras o micrófonos, para preservar su infancia, su imagen, su inocencia. Fueron semanas emocionantes de crónicas para informativos nacionales y regionales, con programas especiales transmitiendo en directo las manifestaciones de apoyo y la voz de las personas que hicieron oír los deseos de esta niña. Tanto fue así que se oyó la voz y los deseos de Mª Ángeles, y se cumplieron. Esta niña ha crecido feliz en ese pueblo en el que ella se quiso quedar, con el apoyo de todas las personas de ese “su” pueblo y de los que, humildemente, pusimos nuestro granito de arena para hacer de altavoces a los gritos de amor de esta familia. El paso del tiempo ha dado la razón a esta pareja que encontró en su pueblo el respaldo para cumplir los deseos de su hija. Ella es ahora una mujer feliz y a mi me ayuda a reafirmarme en que me dedico a uno de los oficios más hermosos del mundo. Orgullosa de ser periodista y del trabajo diario de miles de compañeros y compañeras que defienden con dignidad y profesionalidad el derecho de las personas de bien a estar informados o a transmitir información.